ACCIDENTE CEREBROVASCULAR (ACV)

Como resultado de un accidente cerebrovascular, la sangre rica en oxígeno no llega a la parte específica del cerebro, afectando el suministro de oxígeno.

 

Sus consecuencias a largo plazo, según el área del cerebro afectada, pueden ser:
● hemiplejia, control motriz débil (hemiplejia, hemiparesia), trastorno del tono muscular
● no uso aprendido (ignorar la parte del cuerpo afectada),
● problemas de equilibrio y de coordinación,
● trastorno del habla (afasia),
● demencia post ACV,
● incontinencia.

Estos afectan negativamente la correcta ejecución de los movimientos, el traslado, la autosuficiencia y la comunicación, por ende, toda la vida cotidiana. La depresión también es frecuente.

Sin embargo, aprovechando la capacidad del cerebro, su neuroplasticidad, podemos lograr diferentes niveles de mejora. Gracias a la plasticidad cerebral, el papel de los nervios muertos o dañados es asumido por otros, por lo que un brazo paralizado puede aprender a moverse nuevamente. Iniciar la rehabilitación lo antes posible es la clave para mejorar el movimiento, el habla y las capacidades cognitivas.